
Día Mundial Sin Alcohol: Reflexión, Avances y una Mirada personal
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8 de enero de 2025Hoy, 25 de noviembre, conmemoramos el Día Internacional para la Eliminación de la Violencia hacia las Mujeres. Más que una fecha en el calendario, este día es un llamado a reflexionar sobre las desigualdades y violencias que todavía existen, a actuar desde nuestros roles y a contribuir a sanar como sociedad.
Desde mi experiencia como psicólogo sanitario, y especialmente desde el ámbito social, soy testigo del impacto devastador de la violencia de género, no solo en quienes la sufren directamente, sino también en sus entornos familiares, sociales y comunitarios. La violencia deja marcas físicas, emocionales y psicológicas que afectan profundamente el bienestar de las personas. Por ello, abordar este problema requiere un enfoque integral que combine atención, prevención y educación.
La semana pasada, junto a mi compañera Belén, tuvimos la oportunidad de compartir una charla sobre igualdad de género y violencia de género en la asociación Ana Claro. Este espacio de diálogo nos permitió subrayar la importancia de visibilizar la violencia y desmontar mitos que todavía la perpetúan. Una de las ideas clave que surgió durante la charla es que el cambio comienza desde la raíz: la educación es la herramienta más poderosa que tenemos para combatir la violencia de género y construir una sociedad más igualitaria y respetuosa.
La violencia de género no surge de la nada; está profundamente arraigada en estereotipos, roles de género y desigualdades estructurales que aprendemos desde edades muy tempranas. Por eso, la educación inclusiva y de género es esencial. Es en los primeros años de vida donde se forman muchas de las creencias y actitudes que luego se reflejan en nuestras acciones. Enseñar a niñas y niños el respeto, la empatía y la igualdad no solo fomenta relaciones más saludables, sino que también previene dinámicas de poder y control en el futuro.
La educación es clave para erradicar la violencia de género y debe abordarse de manera integral: desde la infancia hasta los programas educativos continuos, incluyendo temas como consentimiento, diversidad y resolución pacífica de conflictos. Además, la educación no se limita a las aulas; familias, comunidades y medios de comunicación juegan un papel esencial en promover una cultura de igualdad. Promover una educación inclusiva y libre de estereotipos, cuestionando roles tradicionales, es fundamental para identificar y nombrar las formas de violencia, visibilizando incluso las más sutiles. Crear espacios de diálogo seguros que fomenten la reflexión y el respeto a la diversidad nos acerca a una igualdad verdaderamente inclusiva y a una sociedad libre de violencia.
Hoy, en este 25N, reafirmemos nuestro compromiso con una sociedad libre de violencia, donde cada persona pueda vivir plenamente, sin miedo ni desigualdades. El cambio comienza con pequeños pasos, y cada uno de nosotros puede ser parte de esta transformación. El futuro que soñamos se construye con las acciones que emprendemos hoy.
Reflexión por Alejandro Rodríguez, Psicólogo General Sanitario (M38434) y neuropsicólogo clínico.




En próximas sesiones…
- CUIDADORAS: apoyo al Alzheimer y/o adicciones, el duelo…
- Autocuidado a una misma y autoestima
- Cómo explicarle a los niños/as estas situaciones (Parentalidad positiva).
- Soledad y el nido vacío
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